Saluditos Certeros desde El Menos Alla

Saluditos Certeros desde El Menos Alla

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Saluditos Certeros desde El Menos Allá

Saluditos Certeros desde El Menos Allá

En un rincón olvidado del universo, donde el tiempo se detenía y las dimensiones se entrelazaban, existía un lugar peculiar conocido como El Menos Allá. Este era un espacio donde los pensamientos flotaban como nubes en un cielo de un azul intenso, y los ecos de risas y susurros se mezclaban en una melodía incesante. En este lugar, los habitantes eran seres etéreos, compuestos de luz y energía, que se comunicaban entre sí mediante “saluditos certeros”.

La tradición de los saluditos certeros se originó en los primeros días de El Menos Allá, cuando un anciano llamado Florencio decidió que las palabras eran una forma poderosa de conectar con los demás. En lugar de palabras vacías, optó por pequeños mensajes llenos de cariño y sabiduría. Así, cada vez que un habitante deseaba enviar un saludo, lo hacía en forma de un mensaje especial, que se transformaba en destellos de colores que danzaban en el aire antes de alcanzar a su destinatario.

Un día, una joven llamada Lira, conocida por su curiosidad y su espíritu aventurero, decidió que era hora de explorar más allá de los confines de El Menos Allá. Desde que tenía memoria, había sentido un anhelo por descubrir lo que existía más allá de su hogar etéreo. A pesar de las advertencias de sus amigos, que le recordaban que el mundo exterior estaba lleno de incertidumbres y peligros, Lira se armó de valor y emprendió su viaje.

Mientras flotaba a través de dimensiones desconocidas, Lira encontró paisajes deslumbrantes y criaturas extraordinarias. Sin embargo, lo que más le impactó fue un pequeño pueblo en un planeta lejano, donde la gente se comunicaba de manera diferente. Allí, los habitantes, seres de carne y hueso, se enviaban saludos a través de palabras, gestos y sonrisas. Sin embargo, Lira notó que, a menudo, las palabras eran vacías, desprovistas de la calidez y el significado que ella había conocido.

Lira decidió compartir la tradición de los saluditos certeros con aquellos habitantes. Comenzó a enviar mensajes brillantes desde El Menos Allá, llenos de buenos deseos y sabiduría. Al principio, los habitantes del pueblo estaban confundidos, incapaces de comprender cómo podían comunicarse de esa manera. Pero, poco a poco, la curiosidad se convirtió en asombro y luego en una nueva forma de conexión.

Con cada mensaje que enviaba, Lira veía cómo las sonrisas de las personas se iluminaban, y los saluditos certeros comenzaron a cruzar el espacio y el tiempo. La comunidad se unió, y los habitantes del pueblo comenzaron a adoptar esta nueva forma de saludo. Las palabras se volvieron más significativas, y las relaciones florecieron en una danza de amor y apoyo.

Finalmente, Lira decidió regresar a El Menos Allá, llevando consigo el eco de los saluditos certeros que había compartido. Al llegar, se dio cuenta de que había cambiado; su corazón estaba lleno de la calidez y la conexión que había encontrado en el mundo exterior. Y así, la tradición de los saluditos certeros se expandió, cruzando dimensiones, uniendo a seres de diferentes mundos en una red de amor y entendimiento.

Desde entonces, en El Menos Allá, los saluditos certeros no solo eran una forma de comunicación, sino un recordatorio de que, sin importar las diferencias, el amor y la conexión siempre encontrarían un camino.

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